Quienes somos
La vida del movimiento se desarrolla en torno a las reuniones semanales, el retiro mensual, la hora santa reparadora (oración de Getsemaní) y otras actividades habituales, como la celebración comunitaria de la pascua o el campamento de verano; además el espíritu apostólico de estos primeros tiempos, se concretaba en frecuentes “misiones” en los diversos pueblos donde los párrocos pedían ayuda en la animación juvenil evangelizadora. Getsemaní se integrará en la recién formada “consiliaría católica de la juventud”, organismo eclesial diocesano formado por los representantes de los diversos grupos apostólicos de Toledo, que trataba de fomentar la comunión entre los distintos grupos juveniles coordinando actividades pastorales conjuntas. De igual modo, Getsemaní se inserta en la rama juvenil del Apostolado de la Oración, Jóvenes por el Reino de Cristo (JRC).
En el texto del decreto de aprobación de los estatutos, se dice: “…estimamos que contienen en su letra y en el espíritu que los anima, una base sólida y eclesial para procurar la santidad y fomentar el apostolado entre los miembros seglares a quienes contempla en su articulado…”
En los estatutos aprobados Getsemaní se constituye definitivamente como un movimiento seglar. El Movimiento apostólico Getsemaní, se configura como una asociación de fieles cristianos, y se determina por las normas que el vigente código de derecho canónico, en los cánones 298 y siguientes, establece para su constitución, régimen y funcionamiento. De manera que puede pertenecer al movimiento Getsemaní como miembro de pleno derecho, todo seglar bautizado de cualquier clase y condición que reúna las condiciones requeridas por la Iglesia.
Algo que resulta muy llamativo es el nacimiento de un gran número de vocaciones sacerdotales y religiosas dentro del movimiento. De tal manera, que según la memoria anteriormente citada, sólo en los primeros años se pueden citar treinta vocaciones religiosas y seis sacerdotales. Además, empezarán su camino los primeros matrimonios surgidos de jóvenes de Getsemaní
Como fruto de los trámites administrativos oportunos, el día 1 de Febrero de 1.995. se recibe un oficio del Gabinete de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia e Interior, Registro General, en el que se comunica la inscripción del Movimiento apostólico Getsemaní en el Registro de Entidades Religiosas con el número 3.464 de la sección especial, Grupo C (3.464-SE/C)
Finalmente, el 21 de junio de 1.995 los estatutos de Getsemaní eran aprobados definitivamente por el cardenal D. Marcelo González. En el decreto de aprobación se dice textualmente: “…durante todo este tiempo transcurrido se ha podido constatar la realidad de una asociación apostólica que fomenta con intensidad la formación y la vida apostólica de sus fieles…después del discernimiento preciso y de haber obtenido la información requerida sobre el caso, por las presentes venimos en conceder nuestra aprobación a los estatutos del Movimiento Apostólico Getsemaní con carácter definitivo”.
El carisma está en torno a algunos aspectos fundamentales que son: espiritualidad del Corazón de Cristo desde la óptica de la oración en el huerto de Getsemaní, la fraternidad entre sus miembros y con todos los hombres, y el “sentir con la Iglesia” que derivará en un interés de sus miembros por insertarse en los actividades parroquiales y diocesanas.